Uno de los retos a los que se enfrenta la UE, y que va a ser cada vez más importante, es la demanda de trabajadores bien preparados y dispuestos a trasladarse allá donde esté el trabajo. Eso será posible solamente si las titulaciones se reconocen por igual en toda la UE de una forma sencilla, rápida y fiable. La Comisión Europea va a resolver ese problema mediante una tarjeta profesional electrónica, que permitirá un reconocimiento más fácil y rápido de las cualificaciones.