15/05/2017
La sede de las Instituciones Europeas en España (Paseo de la Castellana, 46) acoge el debate “Dos generaciones para una nueva Europa”
La sede de las Instituciones Europeas en España (Paseo de la Castellana, 46) acogió el lunes 8 de mayo un debate intergeneracional sobre el futuro de Europa: “Dos generaciones para una nueva Europa”. El Director General de Comunicación y portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch, participó en un debate moderado por la periodista María Ramírez.
En total, treinta jóvenes y otras treinta personas mayores de 60 años, hombres y mujeres de diferentes puntos de España, pusieron en común sus experiencias e inquietudes sobre el presente, el futuro y los desafíos a los que se enfrenta Europa. En un año en el que coinciden el 60 Aniversario de la firma de los Tratados de Roma y el 30 Aniversario del programa Erasmus, ambas generaciones trataron de esbozar la Europa hacia la que la sociedad española quiere ir.
Las elecciones francesas celebradas el pasado domingo abrieron el debate. Jaume Duch celebró la elección de Emmanuel Macron como nuevo presidente de la República Francesa y describió su victoria como “el mejor escenario posible”. Según Duch, Bruselas “respiró aliviada” ante este resultado y remarcó que estas elecciones no sólo se han vivido como un proceso “nacional”, sino como un asunto de trascendencia “europea”.
En el debate se pusieron de manifiesto diversos puntos de vista sobre el proyecto europeo. Los más optimistas, los jóvenes, que hicieron hincapié en el programa Erasmus como uno de los puntos fuertes de la UE. También incidieron en que la ciudadanía debe alzar su voz para conseguir la Europa que realmente quiere. Para los más mayores, la entrada de España en el club europeo fue sinónimo de victoria y entusiasmo. Sin embargo, no se mostraron tan esperanzados sobre el futuro de las generaciones más jóvenes.
Más y mejor Europa
Ante el descontento de algunos ciudadanos, Jaume Duch recordó que los europeos tienen al alcance de su mano numerosas herramientas para hacer llegar al Parlamento Europeo sus dudas e inquietudes: presentar una demanda ante la comisión de Peticiones, recoger firmas y, sobre todo, las redes sociales. Según el portavoz de la Eurocámara, a través de Facebook o Twitter, cualquier ciudadano “se puede convertir en un lobby”.
Además, surgieron quejas entorno al nivel de formación europea para adultos, especialmente entre los más mayores. Algunos pusieron de relieve la falta de una educación sobre el funcionamiento de las instituciones y los valores europeos, sobre todo a nivel autonómico.
Por su parte, los jóvenes lamentaron que la ideología y el voto nacional suele extrapolarse a la hora de votar en las elecciones europeas y exigieron un mayor esfuerzo a los ayuntamientos. En este sentido, Duch afirmó que muchos ciudadanos votan en clave nacional para premiar o castigar a los partidos de su país, sin tener en cuenta las propuestas que lanza cada partido a nivel europeo.
Al preguntarles sobre cómo les gustaría que se gastara el dinero de la UE, los más veteranos resaltaron la necesidad de invertir más en la financiación light, mientras que los jóvenes insistieron en fomentar la educación y la ayuda a los refugiados.
