18/07/2017
Representantes y expertos de la Unión Europea (UE) debatieron en una conferencia en la Eurocámara cómo movilizar en los próximos 2 años a países e instituciones de la Unión en favor de una estrategia de gestión de la inmigración, ámbito en el que la UE quiere ser un referente a nivel global.
El evento tuvo lugar el 21 de junio, víspera del inicio de una cumbre europea de dos días en la que, entre otros asuntos, los líderes de la UE pedirán más esfuerzos para frenar los flujos de inmigrantes por el Mediterráneo central y para cerrar la reforma del sistema europeo de asilo común.
"Hay grandes retos, hacen falta más recursos financieros", dijo en rueda de prensa la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, quien indicó que los países de la Unión deben "mantener los esfuerzos" en política migratoria e incidió en que "no se debe construir muros, sino asociaciones" con los países de origen y tránsito.
El presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, advirtió por su parte de que "decenas de millones" de inmigrantes de África podrían llegar a territorio europeo si la UE no toma medidas para combatir esos flujos y opinó que el próximo presupuesto europeo debería destinar más fondos a la gestión de la inmigración.
La conferencia de alto nivel, que reunió a europarlamentarios, ministros europeos, representantes de la ONU y de la Organización Internacional de Migraciones, entre otros, abordó asuntos como la manera de promover la integración y de reforzar los retornos de los inmigrantes que no tienen derecho a permanecer en la Unión.
"En los próximos dos años la UE (instituciones, Estados miembros, parlamentos nacionales, agencias, regiones, etc.) debería movilizar sus recursos y tener instrumentos legislativos, diplomáticos, financieros, de seguridad y humanitarios para conducir una estrategia global", según el Parlamento Europeo.
Los desafíos en política migratoria son de tal magnitud que "cuestionan nuestra habilidad de abordarlos de manera ordenada", según la Eurocámara, que considera que ese "probablemente será uno de los asuntos dominantes" en la campaña de las elecciones europeas de 2019, como ya se vio en los comicios de los últimos meses en Holanda o Francia.
Tanto Mogherini como Tajani reconocieron la dificultad de frenar los flujos de inmigrantes, en su mayoría africanos, que llegan a través de Libia.
La jefa de la diplomacia europea recordó que la UE lleva a cabo programas con organizaciones y con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, para apoyar los esfuerzos de las autoridades libias en ese ámbito y proteger los derechos de los afectados.
Por otra parte, dejó claro que cerrar la ruta del Mediterráneo central "no es posible ni es el objetivo de la UE", por un lado por las dificultades vinculadas a Libia, país que "aún está en crisis y debe ser estabilizado", y porque el Mediterráneo es una ruta marítima en la que la primera obligación es "salvar" las vidas de los inmigrantes.
Austria propuso recientemente cerrar la ruta de emigración más mortífera del mundo con un plan para internar a los migrantes rescatados en el Mediterráneo en campos en Túnez y Egipto.
La idea es tratar con ellos antes de que atraviesen la frontera de la UE. La única forma de entrar en Europa sería a través de programas oficiales de reubicación.
Por otra parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se refirió a la decisión de la misma de abrir expediente a Polonia, Hungría y la República Checa por no aceptar a demandantes de asilo de Italia y Grecia, como se han comprometido a hacer.
"Hay que aplicar las reglas. No estoy en guerra contra esos países (...), no estoy en modo agresivo, solo aplico las reglas", subrayó.
